El Tribunal Electoral dio su
veredicto: Enrique Peña Nieto, Presidente legitimo de los Estados Unidos
Mexicanos.
Andrés Manuel dio su
estocada: Domingo 09 de septiembre, nos vemos en la plancha del zócalo, ahí a
ver que sale, ahí les decimos que decidimos, si “voy o no voy”.
La tensión está en el aire,
las especulaciones rondan las esquinas de toda la república, el temor y la
incertidumbre se dan rienda suelta, mientras el país celebra sin celebrar, el
triunfo del PRI.
¿Qué acción tomaran aquellos
“locos soñadores y buenos para nada”? Se preguntan los conservadores.
A ver con que burrada nos
salen estos “izquierduchos”. Declaran los dinosaurios.
¿Lo apoyamos o no? Se
pregunta el PRD
¿Hasta la muerte o hasta
donde aguantemos? Se preguntan las izquierdas.
¡Hasta las últimas
consecuencias! Declara el pueblo.
Y tras esa incertidumbre que
cambia de color, razón, aroma, región y fervor, la última palabra la tiene un
hombre de Tabasco, ya recorrido por los años, que si bien no ha sido el
Quetzalcoatl que tanto esperamos, por lo menos nos ha dado aire que no esta tan
contaminado.
La expectación creció y creció.
La gente se temía bloqueos, levantamientos en armas, secuestro de niños para el
desayuno, la pérdida de… lo que nunca ha tenido, y por si fuera poco, nunca
tendrán.
Por fin se asoma aquel simpático
individuo con acento, con su característico copete y sonrisa de… medio millón,
el otro medio se quedo en la resolución del TRIFE.
Se aclara la garganta, profetisa
su esquela, mira con nostalgia aquella plaza… el momento se acerca… ¿Qué pasará?
La navaja de Occam se
balancea entre las posibilidades, nadie la ve pero ahí esta, Andrés Manuel la
observa embelesado, se le antoja un pescado al ajillo, recobra la compostura,
observa a su auditorio, sopla al viento palabras de esperanza, y la navaja se
detiene…
Todos esperaban lo que no
sucedería, la posibilidad que entre muy pocos existía ha sido en la que se ha
clavado la navaja de Occam.
Con sabias palabras y mi
apoyo incondicional, Andres Manuel Lopez Obrador, el último caudillo de México
declara su intención:
Convertirá a su fiel amiga,
la MORENA, en un partido político, que no tiene intención de separarse ni
pelear con las izquierdas que le vieron crecer.
Si bien no es sencillo, es
lo mejor decisión, y a pesar de que muchos no lo aceptan, es la única solución.